EL RETORNO CON CLOE

El despertar

 “Cloe acaba de cumplir dos años y aún no he podido recuperar ni tan siquiera una horita al día para escribir en el blog”.

Este pensamiento tan inofensivo ha entrado sin permiso en mi cabeza y es la razón por la que llevo días muy movida. Me siento irritada porque algo dentro de mi está pidiendo que lo deje salir y no se realmente qué es. Intento escucharme y mirar en mi interior para descubrir que es lo que me causa tal malestar y creo sentir a la mujer que era antes de ser madre, quien me grita: "¡quiero despertar y volver a ocupar mi lugar¡¡¡".

Echando una mirada hacia atrás compruebo que desde la llegada de Cloe he estado volcada a la maternidad. Todo mi ser se ha ocupado, en este tiempo, de atender a dos niñas maravillosas en etapas de la vida muy diferentes. Una bebe, cuya supervivencia dependía y depende en gran parte de mi y otra de 7 años que a pesar de ser más autónoma, también necesitaba y necesita de mi presencia y acompañamiento para seguir su desarrollo personal. A pesar de haber puesto mi corazón en ello, he tenido momentos bajos. Creer que no llegas a cubrir las necesidades de tus hijas (sobre todo de Julia), causa dolor. No obstante, tengo claro que no soy una madre perfecta y que a pesar de intentar ser muy respetuosa con mis hijas, hay veces que la situación me supera  y no consigo ser consecuente con mis creencias sobre la crianza. Pero no voy a castigarme por ello. Intento aprender cada día de mis errores y sobre todo intento escuchar y ver el feedback que me da mi hija mayor, la mejor maestra que puedo tener en esta revolución de ser madre. 

Durante estos dos años como ya he mencionado, he estado inmersa en el rol de madre, intentando responder y atender las necesidades de Julia y Cloe, desatendiendo y desapareciendo de otros ámbitos. Uno de ellos el de Internet. De un día a otro, me encontré sin la posibilidad de seguir escribiendo sobre nuestro proyecto familiar. Hoy rompo un muro mental y decido recuperar algo de tiempo para mi (vuelvo a ser una prioridad en mis tareas diarias). Con este texto, pongo en marcha un proceso de transformación personal, un camino que será lento pero sin retorno. Me propongo que esa mujer vuelva a sentirse libre y querida. Para ello he de escuchar como desea seguir creciendo. Quiero dar cabida a todas las mujeres que llevo dentro, que la madre pueda convivir en armonía con la compañera, amiga, hija , hermana y con aquella que quiere emprender algún proyecto personal alineado con algún don verdadero que esté escondido y tapado en su interior. De momento, continuar con el blog es un gran paso pero no es el final de la senda que me propongo recorrer. 

Después de conectar con mis emociones y mis propias necesidades, sé en qué momento me encuentro. Sin embargo, respecto a por dónde continuar el blog me surgen dudas,  no sé si seguir con el presente o retroceder en el tiempo y hacer una síntesis de todo lo que hasta ahora nos ha sucedido. Aunque es cierto que a través del facebook, he ido comentando  brevemente cada cambio de etapa. 

Reflexiono y algo en mi interior me dice que debo continuar exactamente donde lo dejé, con la llegada de Cloe. Me siento casi obligada a contarla por lo especial que fue…


  Nacimiento de CLOE 

Yo, siendo una mujer de tierra, aventurada a vivir el sueño marino de mi compañero dudé desde que me enteré que estaba embarazada que pudiera permanecer los 9 meses en el barco, fondeados en la bahía de Le Marín (Martinica). Pensamos en varios planes alternativos, pero pasó el tiempo y ninguno se materializó, sólo la llegada de mi hermana de vida “La Kany” para que se ocupara de Julia mientras estuviésemos en el hospital y días posteriores. 

Yo salía de cuentas el 14 de Julio. Mi amiga llegó a primeros de Julio y desde su llegada se dedicó a cuidarme y recordarme en que estado me encontraba porque mi rutina con Julia y la vida a bordo en "Voyage" no había cambiado nada mi ritmo, sólo cuando ella me preguntaba cómo me sentía era cuando paraba y recordaba que dentro de mi enorme barriga habitaba otro ser que estaba a punto de nacer ...

Ella era más consciente de mi estado y de nuestra situación (estar aislados en la bahía) e insistía en buscar alguna casa cerca del hospital, le preocupaba que me pusiese de parto con el hospital a una hora en coche y quedarse de repente sola en un barco a cargo de una niña. Yo, en cambio, estaba concentrada en no generarle a Julia más cambios de los necesarios y actuaba como si nada extraordinario ocurriese. Julia, sin embargo, sí percibía las alteraciones que iba a sufrir su vida y lo manifestaba con un comportamiento inusual. 

Mi compañero había dejado de trabajar en esa época pero confiaba en que todo saldría bien. No manifestaba inquietud por cómo se iba a desarrollar el nacimiento, por lo tanto no planteaba ningún cambio en nuestro estado.

La primera semana de Julio sirvió para que nuestra amiga se ubicase y buscásemos otras opciones. Decidimos (gracias a ella) que sería mejor, más cómodo y seguro, que pudieran estar en tierra durante el tiempo que estuviésemos en el hospital y para ello hablamos con una amiga (Peggy) que no puso  impedimento para prestarnos su casa. Ésto hizo que todos nos relajásemos más. 

El 7 de julio, estaba programado en la marina un espectáculo de circo infantil que daría comienzo a las 19:00. Todo nuestro día transcurre con normalidad, a las 18:00 acudimos a tierra para ducharnos y prepararnos para el evento. Una vez en la ducha noto unas molestias, siento una especia de retortijón, me duelen los riñones y así se lo manifiesto a mi amiga. Le pido que se quede con Julia porque yo quiero ir a descansar sola al barco, el sentido común de mi amiga no me deja hacerlo y busca a Adrián para que me acompañe. Mientras, ella disfrutaría del evento con Julia según lo planeado. Así nos despedimos. Adrián y yo subimos a nuestro bote auxiliar. El escenario era idílico; noche oscura, luna llena, un silencio majestuoso, relajante... y de repente, comienzan las contracciones .

LA LUNA DE CLOE

Tardamos 10 minutos en llegar al Voyage. Una vez a bordo, me tumbe con la idea de que se pasarían pero para nuestra sorpresa cada vez eran más seguidas….era evidente que estaba de parto. Tanto tiempo preparando y diseñando este momento y cuando llega, nos sorprendemos porque valga la redundancia, nos pilló por sorpresa. Adrián cogió los bolsos (con los enseres, tanto para mi como para el bebe que nos solicita el hospital)  y llamó a Kany para que avisase a otra amiga (Peggy) con coche y pedirle que estuviese preparada para llevarnos al hospital.

Por suerte, el circo había terminado pero todos los asistentes aún estaban por los alrededores de la marina.

Volvemos al bote y el escenario sigue siendo el mismo, me siento relajada y me puedo concentrar en mi respiración . No obstante, me cruza el temor de que Cloe no quiere esperar. Y acto seguido rompo aguas en el bote, antes de poder atracarlo en el pantalán, lo cual ocurre 5 minutos después. Dos amigas francesas me reciben y la Kany con Julia también están presentes. Al verme comprenden la situación, le doy un beso a Julia y le digo que su hermana esta a punto de llegar. La Kany decide llevarse a Julia a una pizzería mientras mi otra amiga llama a los bomberos, protocolo francés. Mientras todo el mundo se moviliza yo siento ganas de pujar, en ese momento Adrián me mira y comprende la situación, no hay tiempo para ir a ningún sitio. Cloe está en camino. Mi amiga comprueba que la cabeza de Cloe está asomando y pide un silla que traen del mismo espectáculo. He podido llegar al parking de la marina donde se encuentra Peggy con su coche, estupefacta al verme en ese estado. Siento nuevamente ganas de pujar y un espíritu animal se apodera de mí en ese momento y de pié apoyada en el vehículo acompañado de un grito, pujo … Cloe sale disparada. Su padre con toda la adrenalina del momento agudiza sus reflejos y la coge antes de que caiga. ¡¡Ha nacido nuestra hija!!. La gente aparece de todas partes y me rodea. Los bomberos aún en el teléfono haciendo preguntas. Entre la multitud aparece una enfermera que corta el cordón…. La lluvia comienza y un paraguas surge sobre nosotras. Unas manos agarran a mi hija y la bañan con las gotas caídas del cielo y envuelta en una toalla me la vuelven a entregar. Me tumbo en el coche de mi amiga, mi hija encuentra el pecho… y mama.

"Todo está bien", me dice una bella chica mientras me acaricia el vientre, yo confío y disfruto la magia del momento. Julia aparece muy contenta, le da un beso a su hermanita y me cuenta que han pedido dos pizzas. Sin quererlo hemos transformado el parking en un paritorio y todos los que por ahí se paseaban en esos momentos se acercaban para ser testigo del nacimiento. Es después de todo esto, cuando llegan los bomberos y la ambulancia. Pero Cloe ya está entre nosotros.

Al final, ni yo ni Adrián decidimos como sucedería. Fue la misma Cloe quien eligió entrar al mundo una noche de luna llena de una forma rápida y decidida. Pocos días después de regresar del hospital, paseando por la marina nos hacemos eco de que se comenta por el pueblo el acontecimiento del nacimiento de Cloe y que la han apodado ¨La niña de la Marina¨


Primer día en hospital

Reencuentro

Por fin juntas


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